lunes, 30 de junio de 2008

LOS VIDEOS DIDÁCTICOS: CLAVES PARA SU PRODUCCIÓN Y EVALUACIÓN

1-La tecnología de la TV versus la tecnología del video.
Como toda tecnología que recoge, almacena y puede reproducir la información, la tecnología del sistema video comparta tres elementos básicos y diferenciadores a tener en cuenta en todo proceso de enseñanza aprendizaje. Por un lado, la interactividad con el sistema y el usuario (play, review, capacidad de pausa, repetición de lo visto, etc.); por otro lado, los sistemas de símbolos que utiliza (código AV, imagen fija, graficas, música, etc.) similares a los empleados por la TV; por ultimo, el mensaje, las distintas formas que pueden estar presentado y estructurado, así como, los distintos contenidos culturales que transmite.

¿Qué conocimiento y seguridad tienen los productores y enseñantes de los procesos que desde estos tres elementos están provocando esta tecnología en las experiencias educativas? es decir, ¿los enseñantes conocen los procesos interactivos que están generando con el uso del video?, ¿tienen estos certezas de los procesos de comprensión de los mensajes, en la interpretación de los sistemas de símbolos que están realizando sus estudiantes?, ¿tienen en cuenta los diseñadores, productores y realizadores los procesos de enseñanza y aprendizaje donde se insertan estos materiales?. En suma, ¿Cuál es la realidad del uso y función del video en la educación?

Durante todo este articulo intentare dar respuesta a estas cuestiones, es bien, por ser el principal motivo que mueve este trabajo, empezare respondiendo a esta ultima pregunta: en la enseñanza generalmente lo que se usa son documentales televisivos, por lo que, considero que en el aula mayoritariamente no se consume el video didáctico, tan solo se ve TV usando la tecnología del video.

Esta afirmación rotunda, sin duda, quizás provocadora, no lo niega, pretende hacernos reflexionar sobre una realidad y un enfoque desde mi punto de vista equivocado. Es cierto que al ver TV estamos ejerciendo una experiencia que en algunos modos y bajo ciertas didácticas educativas puede llegar a ser muy provechosas para la educación, pero, no nos engañemos, ver solo TV no es un proceso específicamente educativo, ni es utilizar el video con todas las posibilidades que esta tecnología videográfica puede ofrecer.

Las instituciones educativas tienen la obligación de utilizar las tecnologías en general, por un lado, para el desarrollo cognitivo y afectivos de sus estudiantes. Por otro lado, para hacer conscientes en sus usuarios de los modos por los cuales se apropian del conocimiento, así como, de los valores intrínsecos que estos albergan. Sin duda, seria una equivocación que las escuelas separasen este desarrollo de los estudiantes del desarrollo de las nuevas tecnologías –seria algo así como no emplear la imprenta o la fotocopiadora cuando se descubrieron-.Estas dos funciones son hoy cruciales en la educación dada la cultura AV. en que nos movemos. Por tal razón, es necesario desarrollar procesos de aprendizaje en los estudiantes, como diría Bruner (1990) para que estos comprendan ¿Cómo nos apropiamos del conocimiento, de que valores y por que desde esta tecnología?

Una expresión profunda de la cultura democrática. Exige que nos hagamos conscientes de cómo desarrollamos nuestro conocimiento y todo lo conscientes que podamos de los valores que nos llevan a adoptar nuestra perspectiva. Exige que nos hagamos responsables de ¿Cómo conocemos y el por que? (”Bruner”, 1990).

El objetivo prioritario de la TV es entretener e informar, esto se suele realizar, en ocasiones, con profesionalidad y gran capacidad comunicativa. Este proceso de información televisiva suele ser en algunos casos “muy didáctico”, pero, esto no debe confundirnos con los objetivos que tienen los lenguajes AV. en la enseñanza y con el tratamiento diferenciador o particular que debe tener en la misma. La TV se ha especializado hacia una banda horaria y hacia grupos específicos de personas, a pesar de este cambio, los contextos de recepción y emisión de estos mensajes televisivos no son iguales a los contextos escolares, por el momento –a espera de una verdadera TV interactiva-, la comunicación es unidireccional y lineal.

La educación, por su lado, persigue también el entretenimiento, la información, y como no, hace suya la responsabilidad de que los individuos obtengan unas capacidades, unas actitudes y unos conocimientos. Es decir, se eduque, si no fuera así, no se harían evaluaciones. Este es un elemento diferenciador muy importante, dado que hasta ahora nunca ha ocurrido que el presentador de un film, documental, etc., haya pretendido crear una dinámica con nosotros o una evaluación de nuestra experiencia al terminar el programa. La eficacia de las instituciones educativas esta en el rendimiento, en el cambio cualitativo y cuantitativo de los individuos que por ella pasa. La TV, su eficacia, se mide con el criterio de mayor audiencia.

Con todo esto quiero volver a la afirmación del comienzo de este documento, considero que no se utiliza el video didácticamente en las escuelas porque el material de paso es un mensaje construido para ser visto en la TV. Por lo tanto, la práctica del video consiste en ver TV. Esto es así por diversas razones –su costo, pocos especialistas en este tema, falta de practicas en las aulas del uso de tecnologías,…En cualquier caso, hay muy poca tradición en producir videos para uso exclusivo en educación.

Esto nos lleva a otras cuestiones: ¿existe el video didáctico?, en el caso de que exista, ¿hay diferencias entre video didáctico y un producto televisivo, pongamos por caso, un documental? En el caso de que existan estas diferencias ¿Cuáles serian esas características? Y ¿con que idea esta elaborado para ser usado?

2-Una aproximación al concepto de video didáctico.
Los documentales suelen estar recogidos de las revistas de información al telespectador. Esta revista nos indica el día y hora de emisión, y en pocas ocasiones, el contenido general y algunos créditos –director, productor, etc.-. Sin embargo, nunca hemos encontrado en las revistas -por ejemplo, el “Tp” –indicaciones sobre el nivel de audiencia para el que está dirigido, los objetivos, los conceptos, la metodología de uso, etc. Que podemos desarrollar y conseguir con este producto.

Es decir, solo persigue que se vea, no obstante, no es competencia de la TV. Los buenos o malos beneficios que esta experiencia puede darnos. Sin bien, con la carta firmada en abril del 93 por la cadena de TV, el Ministerio de Educación y Ciencias y las comunicaciones regionales pueden ser el primer paso dado para un cambio cualitativo en este sentido.

En suma, los documentales y demás programas televisivos no están diseñados para ser insertado en un proceso de enseñaza y aprendizaje. Sin duda, son potencialmente educativos, dado que son una fuente fundamental para vincular las experiencias de la calle y de la casa dentro del aula, permitiéndonos trabajar aspectos de salud, consumo, sexismo, etc. No obstante, esto seria otro tema al que debatimos aquí, es decir, uno es la TV, sus mensajes y sus grandes posibilidades para su educación. Y otro muy distinto, es el video producido para su consumo exclusivo en las aulas.

Producto este ultimo, que como cualquier material escolar siempre requerirá una adaptación particular al aula. Sin duda, siempre existirá esta adaptación, sin embargo, este tampoco es el caso. Tales diferencias de objetivos y planteamiento diferenciador lo podemos encontrar cuando comparamos una enciclopedia sobre la naturaleza animal donde existan, textos, dibujos, y fotografías de gran calidad –como el publicado recientemente en el país de la enciclopedia visual de los seres vivos- y el mismo tema abordado por libros de texto de Ciencias, que si bien, este segundo también provoca un proceso de adaptación al aula, están pensados desde su diseño y producción para un mercado educativo.

Copia textual del artículo de CEBRIÁN DE LA SERNA MANUEL de la Universidad de Málaga: “Píxel-Bit Revista de Medios y Educación”. Características de los videos didácticos-cuestiones para su selección y evaluación-Reformas educativas. Págs. 31, 32, 33.Digitalizado por EDUARDO CASIMIRO, alumno de la Cátedra de TICS del Instituto Superior de Enseñanza Nº 6001 “Gral. Manuel Belgrano”, ex Normal.

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